miércoles, 18 de agosto de 2010

CAPITULO 10

Día de piscina



En aquel momento, la luz de la luna era tan intensa que casi no nos permitia tener los ojos abiertos. De pronto vino una nube y la tapó. Cuando miramos hacia el tobogán, nuestra "amiga" había desaparecido.

¿ Dónde está ? - dijo Jill entre sollozos.

- Tranquila Jill. Se ha ido, pero volverá.- le dijo Carlos

Decidimos salir del parque y estuvimos un rato en el descampado de al lado de casa, pensando en lo que había ocurrido. Entre el soplar del viento y el silencio de la noche no irrumpió ninguna palabra. Todos estabamos pensativos, pero ninguno decía ni una palabra.

Las 3:00 de la madrugada. Carlos y Chris se despidieron de Jill abrazándola, y de mí con un fuerte apretón de manos. Yo, decidí acompañar a Jill hasta su casa por que no quería que se fuese sola.

-Gracias por todo, Mark.- me dijo Jill. Y al momento me dió un beso. Sus labios rozaron con mis labios y me hicieron olvidarlo todo.

Me fui a casa, introduje la llave en la cerradura lentamente y abrí la puerta. La cerré cuidadosamente y entré en mi cuarto. Me acosté.

No, Jill !! La vidriera estalló y los cristales atravesaron el cuerpo de Jill. Fui corriendo y le cojí la mano.

-Mark, lo he descubierto todo. Ahora sé la historia y el puezle ha encajado completamente. Alice y Rebeca... ... ...

- Jill ! .- Ya nada era posible. Estaba muerta. Un cristal había atravesado su pecho y perforado su corazón....


Me levanté exausto de la cama y jadeando. Una pesadilla horrible.
Era Sábado y como normalmente solía hacer, llamé a Carlos, Chris y Jill para irnos a la piscina. Jill no parecía encontrarse bien, pero acabó dando el sí.

Nos vimos a las 12:30 en la piscina. La última en llegar fue Jill.

- Hola Jill.- le dije. Pero no me dijo nada.
- Creo que tenemos que hablar del beso de ayer.- Me dijo al rato. - Creo que ambos sentimos lo mismo y, en estos momentos, necesito alguien a mi lado.- Me dijo mirándome a los ojos. Me estaba pidiendo que fueramos novios. Sin dudarlo un momento acepté.

Nos fuimos todos al agua.

- ¿ Una carrera ? - dijo Chris. Todos aceptamos.
- Ida y vuelta - dijo Carlos. Todos asentimos con la cabeza.
- ¡ YA ! - dijo Jill.

Empezamos a nadar, Carlos iba en cabeza. Tocamos pared y nos giramos para la vuelta. Notamos algo extraño y nos giramos. Jill no estaba. Estaba apunto de ser absorvida por la trampilla de la piscina. Me sumergí en el agua y cuando llegué abajo ví que una mano que salía de la trampilla estaba agarrando el pie de Jill. La mano era delgada y con uñas largas. Tenía agarrada a Jill con fuerza por que ví que las uñas apenas se le veían debido a la fuerza con la que apretaba la pierna de Jill. Le pegué una fuerte patada a la mano y se metió por la trampilla, cojí a Jill y la saqué del agua. Carlos y Chris me ayudaron a sacarla de la piscina y tumbarla en el césped. Jill estaba aturdida.

¿ Qué era aquella mano o a quién le pertenecía ? Se me vino algo a la cabeza: siempre le ocurren cosas a Jill...