
Abrí los ojos y, con una vista muy borrosa, conseguí distinguir a Jill. Los demás se habían marchado. Me incorporé. Mi camiseta tenía algunas manchas de sangre.
- ¿Qué ha pasado?- le dije a Jill. Era la típica pregunta que hacía alguien que acababa de despertar de la inconsciencia.
- Mark, me salvastes de una caída grave... y te quedaste inconsciente por mi culpa. Sin duda alguna, las palabras de Jill me hicieron sonrojarme y que mi temperatura corporal aumentara, como solía ocurrir. A pesar de la temperatura fresca que había en aquellos momentos, el cuerpo, sobre todo mis hombros parecían desprender humo desapercibido.
- No digas eso Jill, no fue tu culpa. No vuelvas decir eso.
- Bueno..gracias. - me dijo sonrojándose ella también. Jill me tendió su mano para ponerme en pie. Al entrar en contacto con la fina mano de Jill, todo mi cuerpo se estremeció.
- Esto... ¿nos vamos ya Jill?- le dije
- Sí, vámonos a casa.
Todas esas cosas que ocurrieron. ¿A qué vino el balanceo brusco del columpio en el que se encontraba Jill? Durante el camino a mi casa, apenas intercambiamos algunas palabras. Cuando llegamos a mi casa, invité a Jill a subir.
- Vale.- me dijo ella.
- Pasa.- le dije haciéndole un gesto con mi mano.
Entramos en mi habitación y decidimos hacernos juntos algunas fotos para colgarlas en Fotolog y en Facebook.
Retocando algunas fotografías, (nitidez, saturación, brillo...) vi algo raro en una fotografía en la que Jill y yo nos encontrábamos con el peluche gigante de Snoopy, al lado de Jill se percibía una forma humana con cara extraña y un tanto difuminada y transparente, pero se podía identificar que se trataba de una forma humana, seguro. Yo no quería decirle nada a ella, pero Jill lo vio enseguida.
- Pon la foto anterior Mark.- me dijo.
- ¿ Para qué?.- le contesté evitando que viera la foto.
- Hazme caso y punto.- volvió a decirme. He ahí su carácter. Entonces no me quedó otro remedio y pasé de nuevo a la foto anterior.
- ¿Por qué siempre yo? No es justo... - dijo entre sollozos.
- Jill, tranquila, todo se solucionará pronto.- le dije pasando mi brazo por encima de su hombro. Jill estaba empezando a llorar.
La televisión del dormitorio se encendió de pronto y la niebla de ésta provocaba el sonido de tal forma que parecía una voz. Jill y yo nos miramos. Encendí el DVD para hacer creer a Jill que yo mismo la había encendido pero el DVD emitió una imagen roja y negra, a cuadros. En el interior del DVD se escuchó un estallido y comenzó a salir humo por uno de los orificios de ventilación. Miramos el humo y encontramos algo similar a lo que esperaba yo encontrar...



