Borrosa oscuridad
Jill hizo un gesto de sorprendida. El humo ascendió y formó, en el aire, un conjunto de letras casi ilegible.
- Parque 00:00 - leyó Jill
- ¿A qué viene esto? - dije
- Mark, creo que debemos ir al parque a media noche. ¿Qué hacemos? - me dijo clavando su mirada en mis ojos.
- No queda otro remedio ¿ No ? - le dije
- Es cierto, avisemos a Carlos y a Chris. - respondió. Entonces la luz de la habitación se apagó de pronto. Salí al pasillo, encendí la luz y funcionaba perfectamente. Entonces, entré de nuevo al dormitorio y accioné el interruptor. No respondía. Opté por cojer una linterna. Anduve por el cuarto ciego y palpando varios objetos, dí con la linterna. Al momento de agarrar la linterna, la puerta se cerró detrás de mi con un portazo sordo. Alumbré rápidamente la puerta con la linterna y la luz fluorescente se encendió de nuevo. Pero ahora faltaba algo. Jill no estaba en la habitación. Busqué debajo de la cama, no estaba. Miré tras de la puerta y no encontré más que camisetas colgadas junto a una mochila pequeña. ¿ En qué lugar podía estar Jill metida? Evidentemente, no dentro de un cajón. Me detuve un momento frente a una fotografía en la que nos encontrabamos Jill, Carlos, Chris, Alice, Rebeca y yo. Pensé. Decidí abrir mi armario. Agarré el pomo y tiré con suavudad hacia mí. Allí estaba Jill, encogida, llorando. Rodeada de trapos que desde luego yo no usaba, empapados en un mar de sangre.
- Jill... - le dije
- ¡ Mark ! - me dijo rodeando mi cuello con sus brazos. La cogí entre mis brazos y la acosté en la cama.
- Duerme Jill, lo necesitas. - le dije.
- Pero... tenemos que ir al parque. - me dijo.
- Sí, pero aún son las ocho de la tarde, y como te conozco, sé que no dormirás más de una hora y media.
- Está bien. Gracias Mark. - me dijo dándome su mano y mostrándome una sonrisa.
- No debes dármelas. Me quedaré junto a tñi todo el tiempo que estés durmiendo.-
Jill no tardó en dormirse. Yo estaba en el suelo, tumbado, pensando. Me levanté para beber agua y me quedé fascinado. Parecía una princesa, un ángel. Ahora ya no podía negarlo, estaba enamorado de Jill. Era perfecta. Pelo no muy largo, tez blanca, mejillas algo enrojecidas... Totalmente bella.
- Jill, despierta. - le dije susurrando y tocándole suavemente. Jill se incorporó en la cama.
- ¿ Qué hora es Mark ? - me dijo.
- Son las doce menos cuarto, tenemos que ir al parque -. Al final decidimos ir solos sin llamar ni a Carlos ni a Chris. Por el camino, Jill me agarró de la mano. Me sonrojé. LLegamos al parque.
Jill movió la mirada hacia el tobogán y vio el perfil de una chica alta y morena a pesar de que en la oscuridad poco se podía distinguir. Miramos a la chica que estaba a punto de dejarse caer.
- Imbéciles. - dijo una voz
- ¡ Rebeca ! - dijo Jill corriendo hacia la chica que nos daba la espalda.
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Jorge....'tñi'????? Emm? o.O!!
ResponderEliminarAparte del tñi, mee a encantado *____*!! =D
Sigue asi, que nosotros vamos a escribir un libro de terror juntos MUAHAHA
Ohh......la intriga me sige matando.....¿¿¿Qe pasará??? jajajaja
ResponderEliminarVa ya pronto subiré el siguiente capi =D! ^^
¡Hola, Jorge! Me ocurre igual que a Mercedes, me mata la intriga y el "¿qué pasará?". Está muy bien, perfecto diría yo. Hace casi dos meses que no subes un nuevo capítulo, deberías subirlo pronto. Nada más, está muy bien. ¡Adiós, Jorge!
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